viernes, 17 de noviembre de 2017

MIEDO

Supe que existías por tu padre, no imaginas lo rápido que recurrió a mí en el momento que tu madre no pudo más contigo.
Ambos me sentían, solo que el dolor me superaba en ella.

Pero te conocí un año y medio después, en un parque, ese al que siempre te solían llevar. Fue un niño experto en hacerme aparecer en el pecho de los demás, el responsable. Si solo hubieras visto tus ojos en el momento que me hice parte de ti…
El castaño que los forma, se convirtió en oscuridad por unos momentos. No te sucedió nada, tu madre estaba ahí justo en el instante que caías, para salvarte, pequeña.
Supe que contigo sería complicado, pues a medida que ibas creciendo, te ibas convirtiendo en alguien decidida y fuerte.

Además tenías la gran suerte de tener la familia que necesitabas, para seguir en ese camino.

Aún así te perdiste en alguna parte de esos pasos que dabas con tanta seguridad. Quizá fueron ciertos comentarios de los demás, incluso algunos gestos que otros querían corroborar.

Tú fuiste la primera a la que no quise condicionar, pues hay tanta bondad en ti…Una larga vida te esperaba según lo que yo podía percibir y sobretodo una buena y esa sin duda era la mejor parte.

Pero por desgracia se trata de mi naturaleza, me formé en un lugar frío y oscuro, donde el amor tiene la fuerza suficiente para lograr destruirme, pero últimamente se encuentra demasiado ocupado en dar lecciones sin sentido, algo en él es diferente ahora y es por eso que llevo un tiempo predominando sobre él.

No podrías ni siquiera imaginar a que me refiero, pero gracias a personas como tú he comprendido finalmente lo que significo en vuestro cuerpo, en vuestra alma y sobretodo en vuestra mente.

Se trata de inseguridad al principio, algo se posa en la cabeza de muchos de vosotros, siempre empieza por una mirada de otra persona, no tiene porque ser conocida, dependiendo del ser interno de cada uno, prevalece el amor propio o yo.

En momentos así me detesto tanto…
Quiero hacerte soñar, pequeña, pero no me toca a mí esa parte, si pudiera cambiar cada trozo que me compone…
En ocasiones no sé ni porqué existo…

Tras las primeras inseguridades, me poso en vuestro foso y es ahí donde yo me nutro hasta formar parte de vosotros. En algunos seres disfruto, en personas como tú quiero desaparecer y dejar ganar al amor.

Sé que no me ves así, pero así soy, posesivo, obsesivo cuando ya me encuentro dentro y glorioso cuando me haces desaparecer.


Hay instantes en los que creo que yo mismo me temo y eso si que es algo que me preocupa, pues solo yo tengo el poder de provocar temor en los demás.

Eres bella, lo sé porque he estado dentro de ti mucho tiempo y aunque este sea relativo he logrado comprender que no me quieres ahí, no me necesitas ahí, pues tú tienes tanto poder y brillas de una forma tan diferente…

Has conseguido aprender que mi nombre ya no forma parte de ti, eso te enseñaron y eso eres ahora.

Yo ya no existo, el miedo está fuera de tu mente, pero quizá nos volvamos a encontrar justo en el momento en el que temas por tu hijo, así como tus padres me sintieron, por ti.